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Corazón y Peso

Si quieres mantenerte saludable debes mantener un peso adecuado, debido a que el sobrepeso y obesidad hoy día es considerado más que un factor de riesgo cardiovascular, es una enfermedad crónica que provoca numerosas complicaciones.  El adelgazamiento, aunque sea moderado, puede prevenir complicaciones o disminuir su gravedad.  La reducción del peso y el mantenimiento del peso reducido puede ser difícil de lograr, pues hay factores fisiológicos que lo inhiben o lo impiden.  Puesto que muchos médicos y pacientes no consideran que la obesidad sea una enfermedad crónica progresiva, el tratamiento puede verse afectado.

En la actualidad, se considera que la obesidad es una enfermedad crónica, recidivante y progresiva que puede requerir un tratamiento de por vida. La relación más peligrosa que existe, más allá de un trastorno alimenticio, es la de las enfermedades del corazón y la obesidad, una relación que es directamente proporcional tal y como se ha demostrado en extensa bibliografía médica. La epidemia mundial de obesidad está bien establecida, con aumentos en la prevalencia de la obesidad en la mayoría de los países desde la década de 1980. La obesidad contribuye directamente a los factores de riesgo cardiovascular incidentes, incluyendo dislipidemia, diabetes tipo 2, hipertensión y trastornos del sueño. También conduce al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad por enfermedad cardiovascular y se ha relacionado con el envejecimiento acelerado.

Datos más recientes destacan la obesidad abdominal, determinada por la circunferencia de la cintura, como marcador de riesgo de enfermedad cardiovascular que es independiente del índice de masa corporal. En la actualidad tenemos avances en las modalidades de imagen para caracterizar la composición corporal, incluida la adiposidad visceral. Estudios que cuantifican depósitos de grasa, incluyendo grasa ectópica, apoya el exceso de adiposidad visceral como indicador independiente de malos resultados cardiovasculares. El exceso de almacenamiento de grasa visceral es a menudo acompañado de acumulación de grasa en tejidos normalmente magros como el corazón, hígado, riñones, páncreas y músculo esquelético.

El índice de masa corporal (IMC) es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la estatura en metros. (peso (kg) / [estatura (m)]2.  El IMC es un método de evaluación fácil y económico para la categoría de peso: bajo peso, peso saludable, sobrepeso, y obesidad. IMC normal es de 18.5 – 24.9, niveles inferiores se considera bajo peso, entre 25.0 – 29.9 sobrepeso y por encima de 30.0 obesidad.  la esperanza de vida disminuye a medida que aumenta el IMC, existe una correlación entre el IMC y la mortalidad por causas específicas.  el IMC es inversamente proporcional a la mortalidad general. 

La base del tratamiento es la modificación de los hábitos: dieta y actividad física, la pérdida de peso mejora tanto el síndrome metabólico como el sistémico asociado inflamación y disfunción endotelial. Para muchos pacientes, podría no bastar con la dieta y la actividad física. Se dispone de varios tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a complementar los cambios de hábitos. El manejo de la obesidad es usualmente un reto. Los cambios de estilo de vida o los agentes farmacológicos tienen un efecto pequeño en la pérdida de peso y no previenen la recurrencia. Se ha probado que la cirugía bariátrica es un medio efectivo y seguro para inducir y mantener una pérdida de peso significativa, pero su uso está limitado sólo a pacientes con obesidad clínicamente complicada o con obesidad mórbida.

Cuando una persona disminuye de peso mejora su glucemia, cuanto mayor es la reducción de peso, mayor es el control glucémico; esto es aplicable a todos los IMC.  Mejora dolor y funcionamiento de la rodilla en personas con artrosis. En caso de esteatosis hepática no alcohólica la reducción de peso debe ser superior a 10 % para lograr una mejora significativa.    La obesidad puede estar asociada con depresión, trastornos de la conducta alimentaria, ansiedad y drogadicción; muchos pacientes presentan problemas relacionados con el estado de ánimo, la autoestima, la calidad de vida y la imagen corporal. Por lo general, la reducción de peso, por más moderada que sea, se relaciona con mejoras fisiológicas, psicosocial y funcional.

La obesidad parece actuar aumentando la incidencia de hipertensión y de diabetes, dos factores de riesgo importantes para padecer un accidente cerebro vascular (ACV) y otros problemas cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, arritmias entre otros. Por tanto, nuestro mayor enfoque debe estar en conservar un peso saludable, lo ideal es mantener habitos alimentarios saludables y realizar ejercicio durante 30 minutos, por lo menos 5 veces por semana.

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Dra. Ysmenia Diez

Cardiólogo Internista / Ecocardiografísta