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Factores de riesgo:

Sedentarismo

Sedentarismo

El empeoramiento de los hábitos de vida propio de las sociedades occidentales, la evolución de los sistemas de transporte y la tecnología laboral, los nuevo modelos de ocio todo colabora para que todos niños y mayores asuman como válidos comportamientos claramente sedentarios y, por tanto, perjudiciales para la salud.

La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir aterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

El sedentarismo sólo se combate con actividad física. Y, como hemos repetido en numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

Las personas que no realizan actividad física tienen un riesgo mayor de padecer un ataque cardiaco comparado con aquellas que realizan ejercicio físico regularmente. La actividad física continuada tiene muchos efectos beneficiosos para la salud como la pérdida de peso, ayuda a dejar de fumar, reduce el estrés, disminuye la presión arterial, ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y eleva los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno).

La realización de ejercicio físico aeróbico (aquel que utiliza los grandes músculos de piernas y manos) la mayoría de los días de la semana durante 30-60 minutos ayuda al corazón a trabajar de una forma más eficiente.

Es importante hablar con tu médico antes de comenzar o modificar un programa de ejercicio físico.